Nuestros hijos son únicos, tienen sus personalidades, gustos y habilidades que los hacen ser quienes son. Es por eso que a veces llegamos a cometer el error de comparar con algún compañero o su hermano y cayendo en frases como “mira a Pepito”, “¿Por qué el sí y tú no?” cuando se trata de actividades, tareas o situaciones escolares.
Para evitar esto debemos recordar que:
Nuestro hijo tiene distintos gustos, no va a ser igual a sus compañeros, puede compartir gustos con ellos pero su forma de ser y de pensar no debe de ser cuestionada, siempre y cuando esta sea de una forma positiva. En caso de notar alguna actitud negativa se debe de hablar con él para corregirlo.
De igual forma escolarmente no podemos pedirle que se fije en otros para tratar de inspirar en sus clases ya que puede que sus habilidades en ciertas materias no sean las mismas que las de sus compañeros, nuestro hijo puede ser muy bueno en inglés pero se le puede complicar la materia de matemáticas.
No podemos decirle “¿Por qué él sí pudo sacar 10 y tu no?” ya que podemos cuestionar su habilidad y su confianza. hay que aplaudirle las materias en las que le va bien y apoyarlo a que mejore por sí mismo en las que le representen un reto.