Nuestros hijos quieren explorar el mundo y nosotros podemos ayudarlos.
A veces olvidamos lo curiosos que fuimos nosotros cuando éramos niños y el amor a nuestros hijos y el querer cuidarlos puede impedir que exploren y aprendan.
Muchas veces vemos a nuestros hijos correr cuando salimos a un parque o en los juegos de un restaurante y estamos con miedo de que les pueda pasar algo, esto es normal ya que los amamos. Pero a veces ese amor no nos deja ver que nuestro hijo necesita explorar el mundo y la convivencia con más niños y podemos caer en negarle que se aleje o que conviva con otros niños.
¿En qué afecta el sobreproteger a nuestros hijos?
A la larga esto puede afectar a la autoestima y la seguridad de nuestros hijos, ya que pueden tener miedo a probar cosas nuevas o conocer gente cuando crezcan, al igual que puedan ser susceptibles a la frustración sin poder tolerarla o incluso no valorar lo que tienen.
Es por eso que no hay que cortarles las alas, están en una edad de desarrollo y podemos cuidarlos sin llegar a sobreprotegerlos para que puedan desarrollar seguridad y facilidad de lazos con la gente.